¿Toda la materia se encontraba concentrada en un espacio minúsculo cuando una gran explosión invadió todo y desde entonces podemos llamar hogar a este lugar llamado mundo? ¿O tal vez no haya existido nunca ese Big Bang del que la ciencia habla y haya habido una mano ejecutora llamada Dios que ha creado todo cuanto existe sin la necesidad de fenómenos científicos? ¿Y tú qué piensas que hay más allá de la muerte: piensas que es un simple dejar de existir o que es entonces cuando comienza la verdadera vida, la vida eterna, cumpliéndose así el deseo humano de la trascendencia del ser?
Estas cuestiones han existido a lo largo de la historia, y dar respuesta a estos temas de una manera coherente y haciendo una síntesis entre el pilar de unos (la razón) y el pilar de los cristianos (fe) fue la tarea que tuvo Santo Tomás, máximo representante de la Filosofía Medieval. Este es el verdadero dilema: qué hacer cuando las conclusiones a las que llega la razón mediante la Filosofía son contrarias a lo que dicta la religión.
Numerosos pensadores han intentado hallar un punto de armonía entre los pensadores radicales frente a este tema. Uno de ellos fue Averroes, que propuso en el mundo musulmán la teoría de la doble verdad, la cual dice que existen las verdades reveladas por Dios y las verdades filosóficas, a pesar de ser contrarias ambas son necesarias. Averroes hizo un intento por defender la autonomía de la razón, pero no fue más que eso, un intento.
Pero todo problema tiene que tener un "héroe" que salve a la humanidad y aquí no hay Superman que valga. Fue la figura de Santo Tomás la que armonizó la relación entre razón y fe, marcando una firme separación entre ambas dos. Obviamente Santo Tomás rechazaba la Teoría de la Doble Verdad de Averroes.
Tomás de Aquino dice que fe y razón son dos fuentes de conocimiento distintas ya que la razón es conocimiento que va de "abajo a arriba" (de los seres concretos a Dios) y la fe es un conocimiento que va de "arriba a abajo" (de Dios a los seres concretos). Además, Santo Tomás dice que fe y razón son dos fuentes conocimientos autónomas (distintas en origen, evidencia y perfección) e independientes (exigiendo unas tareas de la razón para con la fe y viceversa). Hablará de que la razón es capaz por si sola de adquirir conocimiento pero, si no recurre al auxilio de la fe o usa la fe de manera errónea, llegará a conclusiones erróneas o aproximativas, de manera que la fe no suprime a la razón, sino que la perfecciona. Esto no quiere decir que la fe le diga a la razón por dónde tiene que ir la razón para llegar a la verdad, pero sí que le va a marcar ciertos límites a la razón, ya que la fe es un criterio necesario y extrínseco.
De esta manera, en caso de que el filósofo llegue a unas conclusiones totalmente contrarias a lo que dice la verdad de Dios, el filósofo se habrá equivocado y deberá revisar su estudio.
En conclusión, el uso correcto de la fe y recurriendo a su auxilio permitirán que la fe complemente y complete a la razón.
Henar G. Pau.
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