¿Cuántos filósofos, novelas, canciones o incluso pinturas hablan de la incompatibilidad del pensamiento racional con los sentimientos? Este conflicto no es algo que solo se ve reflejado en las reflexiones de los filósofos; esto es algo que está presente en la mente de todos y que a lo largo de nuestra vida intentamos buscar la respuesta correcta (La cual no hay, porque cada uno tendrá su propia respuesta correcta según los valores y criterios que tenga en su vida).
Cuando nos replanteamos si deberíamos hacer algo o no, pero que a su vez es algo que deseamos hacer porque nos mueve algo por dentro muy grande, la pasión; pues es entonces cuando tenemos un dilema interno: Razón VS Pasión. Intentaré explicar de qué va esto, y mostrando las diferentes posturas que se pueden tomar en esta lucha.
No podemos pasar por alto que el ser humano es un ser pasional por tener sentimientos y emociones, y esto nos hace distintos a cualquier otro ser vivo, Respecto al dilema en sí, hay quienes viven su vida de manera racionalista, como Descartes, o aquellos que se guían por sus pasiones, aquellos tan empiristas como Hume. Intentaré buscar y posicionarse en un punto intermedio a todo esto; por eso creo que uno no puede dejar que le dominen sus pasiones, ya que así lo único a lo que llegaría sería a un caos, porque solo se guiaría por sus sentimientos y no pensaría en las consecuencias de sus acciones. Pero es mucho más fácil decir algo que hacerlo, por eso en numerosas ocasiones unos se mueven en ciertas ocasiones por su carácter más racional y otras tantas por su lado pasional. Si decidiésemos guiarnos únicamente por nuestra razón, haríamos del mundo un lugar más frío e inhumano, donde lo único que nos movería sería nuestro propio interés y donde no nos importaría lo que pensase, sintiese o desease el que estuviese a nuestro lado.
El lado izquierdo muestra el lado más racional frente al pasional.
Si consiguiésemos que la pasión fuese guiada por la razón, es decir, que si dejásemos a los sentimientos una total libertad inicial, luego encauzaríamos nuestros actos, a tiempo, de forma que pondríamos el poder de la razón a un mundo sensible. De forma que si aplicamos razón a todo aquello que nos mueve, a todo aquello que los sentimientos nos hacen hacer o dejar de hacer, entonces conseguiríamos sacar beneficios y ganancias, convirtiéndose todo ello en nuestra propia experiencia.
Henar G. Pau.
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